El primer informe de indicadores del Observatorio de Comunidades Energéticas ´Energía Común` que han elaborado Ecodes, Redeia y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) refleja que el 4 % de los municipios de nuestro país ya cuenta con este nuevo modelo energético renovable, siendo País Vasco la comunidad autónoma con más comunidades energéticas constituidas.
Este primer informe –que se actualizará anualmente– repasa los avances realizados en materia legislativa y en el desarrollo de programas de incentivos durante 2023, además de presentar los indicadores nacionales y autonómicos sobre aspectos legales, sociales, de financiación o de participación sobre las comunidades energéticas en España
Se presentaron los resultados en un acto que contó con el director del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), Joan Groizard: “este primer informe nos ofrece una buena panorámica de dónde y de qué manera crece el mapa de las comunidades energéticas en España y, sobre todo, pone cifras a lo que ya es una evidencia: que la ciudadanía está haciendo suyo el cambio de modelo energético en España y reclama protagonismo en la transformación que propician las energías renovables y el autoconsumo compartido”.
Y es que una de las singularidades del Observatorio –informan las entidades impulsoras– es que no solo ofrece una radiografía sobre el impacto y evolución en España de estas figuras, sino que además integra aspectos económicos, energéticos, sociales y de gobernanza. “Así, uno de los hallazgos del informe es que la pobreza energética es una situación a la que estas comunidades intentan dar solución, pues el 32% atienden esta problemática o tienen planificado hacerlo”, añaden en el comunicado de presentación.
En cuanto a los tipos de participantes de estas 353 comunidades energéticas del país, cabe destacar que en más de un 95 % de las comunidades energéticas la ciudadanía participa, a diferencia de lo que ocurre por ejemplo en Grecia donde en la inmensa mayoría de lo que denominan comunidades energéticas no participa la ciudadanía y se han convertido en un producto más del sector energético. Otros actores implicados son locales comerciales(42 %); empresas ubicadas en polígonos (28 %); y entidades de la sociedad civil (22 %).
Los ayuntamientos, en este sentido, ocupan un porcentaje notable que llega al 45 %, ya que asumen un rol determinante para que esta figura renovable prospere, así como para su impulso y gestión. El rol o roles del ayuntamiento pueden ser 1) promotor; 2) socio; 3) facilitador; 4) financiador; 5) consumidor; y 6) productor. El rol más habitual–en las comunidades energéticas analizadas y con casi un 70 % de frecuencia– es el facilitador, seguido por promotor con más de un 65 %. Por una parte, el rol de facilitador implica actividades como la cesión de tejados o cubiertas para las instalaciones renovables y, por otra parte, el rol de promotor conlleva una implicación mayor como la de aportar fondos para el asesoramiento jurídico o técnico, por ejemplo. El resto de los roles son socio (25 %); consumidor (23 %); no participa (18 %); financiador (10 %); y productor (5 %).
Autoconsumo, en cooperativas y con pocos socios
El autoconsumo fotovoltaico es la actividad más desarrollada dentro de las comunidades energéticas analizadas, pero no la única. Le sigue de cerca la formación y sensibilización sobre cultura energética, movilidad sostenible, almacenamiento, rehabilitación de viviendas, renovables térmicas y otras renovables. De la misma manera, en las figuras jurídicas que pueden adaptarse a las comunidades energéticas, la asociación y la cooperativa son las dos más elegidas entre el total. El porcentaje de cooperativas es algo mayor que el de asociaciones, pero ambas se encuentran cercanas al 50 %. En cuanto al número de socios, el 37 % de las comunidades energéticas analizadas están formadas por menos de 20 personas, y un 28 % entre 20 y 50 miembros.

Fuente de información: Energías Renovables