1. Inteligencia artificial para la gestión de redes eléctricas
En un entorno cada vez más digitalizado, la inteligencia artificial (IA) se ha consolidado como una herramienta fundamental para mejorar la eficiencia energética. En 2024, su implantación en la gestión de redes eléctricas supuso una auténtica revolución en la forma en que se distribuye y consume la energía.
Aplicaciones destacadas:
- Predicción de la demanda: La IA analiza datos históricos para anticipar las necesidades energéticas, ayudando a prevenir apagones.
- Mantenimiento preventivo: Detecta posibles fallos antes de que se produzcan, lo que permite reducir el tiempo de inactividad.
- Optimización del consumo: Facilita un uso más racional y eficiente de los recursos energéticos.
Según El Periódico de la Energía, el 67 % de las empresas del sector tiene previsto incrementar de forma considerable su inversión en inteligencia artificial en los próximos dos años. Actualmente, según datos de Minsait, un 39 % de estas compañías ya destina recursos suficientes a su integración operativa.
2. Sistemas de autoconsumo inteligente
El autoconsumo inteligente ha cobrado especial protagonismo en 2024. Estos sistemas, que combinan paneles solares, baterías y dispositivos IoT, permiten a los usuarios gestionar su energía de manera autónoma y eficiente.
Características principales:
- Automatización: Los sistemas ajustan el consumo según las tarifas y las condiciones meteorológicas.
- Interconectividad: Los dispositivos se comunican entre sí para optimizar la utilización energética.
Impacto en hogares y empresas:
Gracias a estas soluciones, los usuarios han conseguido reducir de forma significativa su factura eléctrica y disminuir su huella de carbono, avanzando hacia una sociedad más sostenible.
Según la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA Renovables), en 2024 España contaba con más de 480.000 instalaciones de autoconsumo, de las cuales 410.000 se encontraban en viviendas particulares y 70.000 en el ámbito industrial. Estas cubren ya el 3 % de la demanda eléctrica nacional.
3. Redes eléctricas inteligentes (Smart Grids)
Las redes eléctricas inteligentes, o Smart Grids, han supuesto un gran avance en la gestión de la energía gracias a la incorporación de tecnologías digitales que optimizan la distribución y permiten una mayor integración de las energías renovables.
Innovaciones más relevantes:
- Contadores inteligentes: Posibilitan el control del consumo en tiempo real.
- Integración de renovables: Contribuyen a equilibrar la oferta y la demanda energética procedente de fuentes limpias.
- Control descentralizado: Utilizando IA e IoT, adaptan el suministro a las necesidades específicas de cada zona o usuario.
Beneficios:
- Mayor eficiencia y reducción de pérdidas.
- Detección temprana de incidencias.
- Fomento del uso de energías sostenibles.
Las principales compañías eléctricas españolas han aumentado notablemente su inversión en este tipo de redes con el objetivo de modernizar la infraestructura energética y facilitar la transición hacia un modelo más sostenible.
4. Movilidad eléctrica y transporte sostenible
La movilidad eléctrica se ha consolidado como uno de los pilares fundamentales de la transición energética. A lo largo de 2024, se ha reforzado el compromiso con un modelo de transporte más sostenible e interconectado.
Avances destacados:
- Intermodalidad eléctrica: Integración de vehículos eléctricos con otros medios de transporte sostenible.
- Tecnología avanzada de carga: Nuevas estaciones de carga inteligente que mejoran la experiencia del usuario.
Impacto positivo:
- Reducción de emisiones contaminantes en las ciudades.
- Mayor uso de energías renovables en el sector del transporte.
Según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), en septiembre de 2024 se vendieron en España 10.952 vehículos electrificados, lo que representa un 12,3 % del total del mercado.
5. Expansión de la infraestructura de recarga
El crecimiento del parque de vehículos eléctricos ha venido acompañado de una rápida expansión de los puntos de recarga. En los dos últimos años, el número de estaciones de carga se ha duplicado, lo que ha facilitado su adopción por parte de los consumidores.
Esta ampliación no solo favorece la transición hacia la movilidad eléctrica, sino que también reduce la dependencia de combustibles fósiles y promueve el uso de fuentes renovables. Además, contribuye de forma significativa a la reducción de emisiones de CO₂, alineándose con los objetivos globales de lucha contra el cambio climático.
Fuente: Nordy